Educación Financiera para Todos

¡Felicitaciones! Supongamos que luego de haber realizado un ejercicio concienzudo de análisis de las necesidades del contexto, finalmente tuviste ese momento “eureka” donde surgió tu idea de negocio, que a tu juicio es brillante y muy innovadora.

Tu idea de negocio: pasión + acción

¿Cómo validar si esta idea puede materializarse y es accionable?

Sigue estas recomendaciones que te ayudarán a darle mayor estructura al producto o servicio que quieres desarrollar:

  1. ¿Cómo se diferencia tu idea de negocio?:
    ¿Qué es lo que hace que tu idea de negocio sea tan genial? Recuerda que no es necesario que una idea sea 100% disruptiva para que sea buena, pero en general, si quieres diferenciarte del resto de productos y servicios del mercado, es clave que tu idea incorpore un componente innovador. Esto puede ser una característica específica del servicio o producto –por ejemplo, que sea de un material más resistente o amigable con el medio ambiente-, que utilice un nuevo canal de distribución -por ejemplo, que se pueda vender online y entregar puerta a puerta- o que tenga un extraordinario servicio post venta.
  2. ¿Quiénes son tus clientes?
    Una buena idea no es buena para todo el mundo. Este hecho debe motivarte a establecer claramente el segmento de personas a quienes tu producto o servicio les parecería fantástico. En otras palabras, debes encontrar los clientes que hallarían tu producto o servicio de gran valor, y por ello estarían dispuestos a cambiar sus preferencias actuales de consumo para adquirir lo que tu ofreces.

    Pregúntate lo siguiente:
    • Lugar geográfico: ¿Tus clientes potenciales están en zona urbana o rural? ¿Están en ciudades intermedias o grandes capitales? ¿Viven en tu mismo país o también en el exterior?
    • Características demográficas: ¿Tu producto es para niños, jóvenes, adultos o personas de la tercera edad? ¿Es para mujeres, hombres, o ambos? ¿Funciona en cualquier nivel socioeconómico? ¿Crees que tu producto es más atractivo para personas con un cierto nivel educativo?
    • Características comportamentales: ¿Tu producto o servicio es atractivo para personas con un cierto estilo de vida? ¿Qué intereses, hobbies u otros hábitos tienen las personas a quienes tu producto podría gustar?
  3. ¿Quién es tu competencia?
    Es importante que comprendas que tu competencia no son solo los bienes o servicios con características similares al tuyo, sino también aquellos que, aun siendo diferentes, buscan satisfacer una necesidad similar a la que quiere atender tu producto o servicio. Piensa, por ejemplo, que si tu idea es lanzar un nuevo tipo de agua saborizada refrescante, tu competencia no son únicamente las demás marcas de agua saborizada del mercado, sino también los otros productos que sirven para quitar la sed, tales como las gaseosas, el agua natural y/o los jugos de fruta.

    Sin embargo, no hay que entrar en pánico. En este punto, haz un análisis sensato de los productos y/o servicios que consideras pueden ser tus competidores, para que identifiques sus principales características, canales de distribución, precio de venta, y servicio postventa.

Tener claridad sobre todo lo anterior te ayudará a acotar mejor tu idea de negocio, lo que será fundamental para que más adelante puedas formular tu modelo de negocio, tu plan de negocio y la estrategia de mercadeo y ventas de tu producto o servicio.

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